"Es digital o no será"
Es una máxima que ha cobrado cierta popularidad en los últimos años. Probablemente, se trate de un eslogan o de una frase con gancho más que de una conclusión fruto de un trabajo científico de calado. En cualquier caso, cuando la escuchamos provoca que nos planteemos si hemos de evolucionar, modernizarnos o cambiar radicalmente para dar paso a un nuevo entorno aparentemente desconocido y que se nos presenta como mejor.
LECTURA Y EDUCACIÓN
Hacer pronósticos que se cumplan ante la evolución de conceptos o disciplinas que dependen exclusivamente de un futuro completamente imprevisible, se ha mostrado como una labor tremendamente infructuosa. Por poner un ejemplo común, pese a las previsiones más agoreras, la televisión no acabó con la radio, ni la primera ha sido suplantada por Internet. Pero cabe preguntarse si, en el caso de los temas que dan título a esta entrada, lectura y educación, serán digitales o no serán.
Lo que es indiscutible es que la relación entre ambas es tan íntima que no se puede entender una sin la otra. De modo que no es casual que la lectura sea uno de los bloques clave analizados por el informe PISA y que se considere como uno de los indicadores culturales esenciales de las sociedades. Aunque no solo aquí se pone de manifiesto su importancia; la visión e ideas de nuestros pensadores, los hallazgos y resultados del trabajo de nuestros investigadores y los mundos imaginarios o las vivencias de nuestros literatos tienen en la palabra escrita su principal medio.
Evidentemente existen otras manifestaciones distintas, pero hoy la escritura y la lectura representan los medios formales de la cultura y la ciencia por antonomasia.
El corolario de todo esto es que aquellas sociedades que más leen serán aquellas con mejor capacidad para transmitir ideas, avanzar técnica y científicamente y crear. De los estudios de la OCDE así se desprende: «leer por placer diariamente está asociado a un mejor rendimiento en PISA» y no solo en comprensión lectora, sino también en las otras disciplinas, unos beneficios que se extienden a lo largo de nuestra vida (PISA in focus: ¿Leen actualmente los estudiantes por Placer?:
Los estudiantes que se involucran en una amplia gama de actividades de lectura tienden, más que otros alumnos, a ser eficaces en su aprendizaje y a tener un buen rendimiento en el centro escolar. Las investigaciones también documentan un fuerte vínculo entre las prácticas de lectura, la motivación y las competencias entre los adultos.
La competencia lectora es crucial para que las personas den sentido al mundo en el que viven y continúen aprendiendo a lo largo de sus vidas.
¿Qué está pasando con la lectura? También según los datos de este mismo informe, estamos asistiendo a una progresiva reducción del tiempo que los más jóvenes dedican a la lectura por placer. Este hecho está directamente vinculado con la «tecnologización» de nuestras sociedades.
En los últimos años hemos asistido a un tremendo crecimiento del uso de dispositivos móviles comosmartphones o tabletas y en la utilización de Internet. Esta tendencia es prácticamente universal en el caso de la generación de los millennials, para los que la conectividad a Internet se ha convertido en una necesidad vital.
A la Red permanecen conectados durante varias horas al día y son ya comunes los problemas, en ocasiones graves, de dependencia y ansiedad cuando no les es posible establecer esta conexión.
En cuanto a la lectura, se lee más que nunca, pero su práctica por placer, tal y como la entendíamos, ha sido suplantada por un uso enfocado a las exigencias digitales y a la comunicación en redes sociales. Se trata de una lectura más fragmentada, rápida, para la que se reclama un acceso inmediato y exclusivamente digital a los textos y combinada con el consumo de otros contenidos no textuales.
Está claro que no es posible revertir esta forma de consumo de la palabra escrita y tampoco cabe otra opción que el de considerarla como placentera, en definitiva, los estudiantes no dejan de hacer un uso exclusivo para ocio de sus dispositivos móviles en los que consumen los contenidos digitales.
De modo que se confirma la existencia de una nueva modalidad que camina en paralelo a la lectura reposada y comprensiva que sigue siendo necesaria para la asimilación y creación científica y cultural. En ninguna de estas dos modalidades de lectura se manifiesta como un requerimiento incontestable la existencia del soporte impreso:
Los medios digitales son perfectamente válidos siendo mayoritarios en campos como el de la investigación.
EL RETO PARA LA EDUCACIÓN
El reto para la educación es, pues, el de enseñar a compatibilizar ambos mundos, el de la tradición lectora y el de la lectura propia del universo digital. Ceder ante la visión simplista de considerar como válido un único modelo nos puede llevar a valorar erróneamente tendencias en informes como PISA o a profundizar en una tradición alfabetizadora que no es suficiente dadas las necesidades actuales.
Para el fomento de las dos habilidades de forma simultánea existen ya iniciativas tecnológicas como las plataformas de lectura colaborativa, entornos completamente digitales que se han incorporado al ámbito educativo por las posibilidades que ofrecen tanto a alumnos como a profesores.
Aprovechan un concepto tan clásico como el de los clubes de lectura para sumar el componente de la web social, las posibilidades de control de las aplicaciones informáticas y la versatilidad y capacidad de ilustración de los contenidos digitales no textuales.
PLATAFORMA DE LECTURA COLABORATIVA
Una plataforma de lectura colaborativa permite a un docente crear un lugar de encuentro virtual sobre un libro o una temática determinada e incorporar contenidos digitales de diversas naturalezas (o fragmentos de los mismos) para ilustrarlo.
Así se satisface la componente convencional de fomento de la lectura de un modo que permite al alumno realizar un seguimiento de su evolución y al profesor personalizar el aprendizaje de cada estudiante.
Por otra parte, la plataforma incluye medios de comunicación 2.0 y la capacidad de abrir foros de debate sobre temas específicos en los que desarrollar las competencias de lectura social:
Compartir citas, anotaciones y reflexiones e interactuar y poner en común experiencias de lectura y aprendizaje. Este segundo grupo de funcionalidades da respuesta al modelo de lectura que ha surgido del uso de los dispositivos móviles y de Internet.
Nunca como ahora una evolución tecnológica había tambaleado de un modo tan vehemente los cimientos de nuestra civilización. Pero en lo básico, lo digital no implica un cambio radical, más bien, nos impone una adaptación a un entorno en evolución.
Una solución posible es la de permanecer estáticos ante el avance, pero de lo que hemos expuesto se extrae que ser digitales es el único camino para la educación y la lectura, no porque imponga una transformación sobre lo convencional, como se ha visto —la lectura pausada, comprensiva y crítica es la que permanece en la producción científica—, sino porque es necesario compatibilizarla con un nuevo concepto de lectura propio del entorno digital:
Que ha aparecido y va a permanecer y que la educación deberá incorporar como un medio de alfabetización adicional.

Autor: Francisco José Valentín Ruiz.
Gracias INED21